jueves, 29 de enero de 2015

El verdadero Súper Putin

No obstante el hermetismo, el celo y el secretismo estatal alrededor de quienes ejercen el poder en países como Corea del Norte, China, Rusia o Venezuela, nada hay completamente secreto para la opinión pública. He aquí un referente de esa realidad.
 
Esta verdad queda sustentada en la gráfica de abajo de estas líneas, donde en forma reveladora aparece Vladimir Putin, 24 años atrás. La escena fue captada en su departamento de soltero en el centro de Leningrado (actualmente San Petersburgo), ciudad adonde Putin había regresado con motivo de la caída del Muro de Berlín (1989). 

Prevalido de su investidura como miembro del servicio de espionaje del KGB, el hoy todopoderoso presidente de Rusia acostumbraba así, según lo indica la imagen, a dar rienda suelta a una de sus pasiones más excéntricas y más perversas: sodomizar a mujeres de la tercera edad y, no satisfecho con ello, hacerse tomar fotos en pleno acto. ¿Qué extraño placer habrá en hundirle la pija a una señora tan añeja, que, además, como en el caso presente, parece no experimentar nada grato dada la pequeñez del apéndice de su violador?


 
Aunque se ignora la fecha exacta, la escena data de comienzos del año 1990 y la víctima ha sido identificada como Inessa Patchkova, de 88 años. Archivos desclasificados indican que la mujer fue avistada por Putin desde la ventana del departamento de este, cuando la señora Patchkova aguardaba un autobús en una estación de la tradicional Avenida Nevsky. De inmediato, Putin ordenó arrestarla y llevarla conducida hasta el inmueble, donde, como muchas otras mujeres de la edad mayor, fue vejada y humillada.
 
Bien son conocidas las excentricidades del líder soviético, su extremo protagonismo y su megalomanía (manía o delirio de grandeza).
 
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