lunes, 17 de agosto de 2009

Los colmos

—¿Sabes cuál es el colmo de todos los colmos?
Que un mudo le diga a un sordo que el ciego lo está mirando.
— El colmo de un nórdico: Vivir en Estocolmo.
—El colmo de un zapatero y sus zapatos: Llevar ambos una vida arrastrada.
—El colmo de un herrero: Tener un hijo tras las rejas.
—El colmo de un árbitro: Vivir en la pitadora.
—El colmo de un oso panda: Que le saquen una foto en color y que salga blanco y negro.
--El colmo de una cebra: Que en el zoológico la mantengan a raya.
—El colmo de un electricista: Que no le sigan la corriente.
—El colmo de otro electricista: Meterse al río, y que se lo lleve la corriente.
—El colmo de una azafata ninfómana: Hacer el amor con el piloto automático.
—El colmo de una costurera: En toda conversación, perder el hilo.
—El colmo de un astronauta: Quejarse porque en su apartamento no hay espacio.
—El colmo de un médico: Que su hijo enfermo le salga cura.
—El colmo de un discapacitado: Que al morir, estire la pata.
—El colmo de un bombero: Que su mujer lo encienda a golpes.
—El colmo de un diskette: Tomar Viagra para convertirse en disco duro.
—El colmo de un pescador: Pescar un resfriado.
—El colmo de un jardinero. Que su hija se llame Azucena Del Campo y que el novio la deje plantada.
—El colmo de otro jardinero: Obsesionarse con Rosa Margarita Flores Montaña Laverde Del Río.
--El colmo de un nadador: Ir a donde el siquiatra para desahogarse.
—El colmo de un jorobado: Estudiar Derecho.
—El colmo de la confianza: Dos caníbales haciendo “El 69”.
—El colmo de un ciego: Que después de enamorarse a primera vista, su mujer viva advirtiéndole: "Al cruzar la calle, ¡mucho ojo!".
—El colmo de un arquitecto: Construir castillos en el aire.
—El colmo de un forzudo: Doblar una esquina.
—El colmo más pequeño de todos: Obviamente..., ¡el colmillo!
—El colmo de otro albañil: Llamarse Armando Paredes De las Casas.
—El colmo de un carpintero: Tener que cepillar al jefe, andar con una pata de palo, tener un hijo listón y una hija cómoda.
--El colmo de un ebanista: Que todo el tiempo sus enemigos le estén dando madera.
—El colmo de un carpintero miedoso: Vivir diciendo: “¡Yo más bien, toco madera!”.
—El colmo de un caballo: Tener silla y nunca poder sentarse.
—El colmo de un odontólogo: Estar armado hasta los dientes.
—El colmo de un gallo de pelea: Que a la hora de combatir, la piel se le ponga de gallina.
—El colmo del infortunio: Que a un hombre se lo lleve el putas, y después lo deje caer.
—El colmo de un flaco: Cruzar los brazos y parecer signo de veneno.
—El colmo de un calvo: Salvarse por un pelito.
—El colmo de un vicioso con escrúpulos: Armar cigarros con papel higiénico.
—El colmo de un fotógrafo: Tener que retractarse cuando se le rebelen los hijos.
—El colmo de un elefantico: Comer mocos.
—El colmo de un futbolista mexicano: Que lo echen del equipo porque no sirve para taco.
—El colmo de un futbolista argentino: Que le salga un hijo pelota.
—El colmo de un futbolista colombiano: Tener que colgar los guayos porque en un tobillo le salió una bola.
—El colmo de un cantante lírico: No haber tenido nunca un plácido domingo.
—El colmo de una pianista: Que le toquen las teclas.
—El colmo de un carnicero: Que un hijo le salga chimbo.
—El colmo de un ciego: Llamarse Casimiro, vivir en el noveno B, de la calle Buenavista y vender cerrojos.
—El colmo de un revólver: Que en vez de gatillo, tenga un perrillo.
—El como de un fusil: Que una escopeta le haga pistola.
—El colmo de un computador: Resultar con el virus A H1 N1.
—El colmo de un caballo de raza atropellado: Ser pura sangre.
—El colmo de un electricista: Electrocutarse con una pila de mierda.
—El colmo de un panadero: Que su mujer lo encuentre con las manos en la masa.
—El colmo de un robot: Tener los nervios de acero.
—El colmo de un arquitecto: Trazar líneas con la regla de su mujer.
—El colmo del mentiroso: Inundar de flatulencias el velorio y culpar al difunto.
—El colmo de un travesty: Sentarse sobre un tomate y ponerse a gritar: “¡Me vino, me vino!”.
—El colmo de un soldador: Tener un hijo soldado.
—El colmo de un carnicero: Decir que le importa un chorizo que su hija ya esté jamona.
—El colmo de un plomero: Que al mismo tiempo le dé gota, cataratas en los ojos y que por todo la boca se le haga agua.
--El colmo de otro plomero: Quedarse sin amigos, por goterero.
—El colmo de un albañil: Tener un hijo tan cerrado como una tapia.
—El colmo de la paciencia: Limpiarse el culo con papel picado.
—El colmo de la mala suerte: Tirarse en un pajar y clavarse la aguja
—El colmo de un sastre: Tener varios hijos botones.
—El colmo de un payaso: Tener que tirar seriedad.
—El colmo de un asesino: Matar el tiempo.
—El colmo de un músico: Que al perder el conocimiento, en lugar de volver en sí, vuelva en do.
—El colmo de un mago: Echarse un polvo y desaparecer en el acto.
—El colmo de un calvo: No tener pelos en la lengua.
—El colmo de un pirata: Quejarse porque le vendieron CDs y películas legales.
—El colmo de la humillación: Que a un hombre le estén dando por el culo, y además tenga que pedirle perdón a su verdugo por darle la espalda.